lunes, julio 22, 2013

¿JACOBINO O JACOBEO?



Las dos risueñas hermanas me condujeron a través de un luminoso claustro. Me mostraron, con legítimo orgullo, una modesta celda de paredes enjalbegadas donde veneraban el cuerpecillo incorrupto de la que había sido durante casi 80 años la repostera del convento.
La monja, menuda y leve como un suspiro, reposaba, (se podría decir levitaba) sobre un mantel adornado con unos ribetes tan finamente calados que semejaban una blonda, y tan almidonados que se dirían hechos de oblea.
Me sorprendieron sus manos blancas de harina.
Aquellas manos puras habían amasado quintales de harina, habían sabido sopesar  el azúcar, tasado el grano celemín a celemín sin desperdiciar un gramo, siempre sin báscula y con tan buen ojo que jamás desperdició una pizca, el más mínimo copo de nada.
Sólo una vez habían pecado aquellas inmaculadas manos. Muchos lustros atrás, al poco de ingresar en el convento, apenas iniciada la clausura, había cometido el delito, la horrible falta, el imperdonable despilfarro de tiznar la nariz chatita de una pícara novicia que les habían remitido del convento de Guanajuato y que la entretenía cada noche con las historias de su aldea. Y lo hizo para reprenderla con cariño porque le había propuesto hacer chocolate de axolotes,  una disparatada receta maya a base de manteca de cacao puro y salamandras albinas…
Durante las décadas que pasaron aisladas del mundo aquellas cuatro manos habían amasado pestiños, rosquillas, polvorones, perronillas, mazapán, alfajores, yemas, mantecados, turrones. Habían batido cremas, natas, espumas y mieles, merengues. Habían molido piñones, pistachos de Alepo, anacardos, estrellas de anís, semillas de sésamo y ajonjolí. Habían rallado chocolate belga, corteza de lima y limón, regaliz. Habían espolvoreado azúcar glasé, vainilla, nuez moscada. Aquellas manos se habían impregnado de aromas de caramelo, de naranja amarga, de confitura de arándanos, de menta negra, hierbabuena, clavo, cilantro, cardamomo y de las mil especias que les enviaban al convento desde las misiones y que ni siquiera tienen nombre.

Me contaron que la pequeña india murió años ha. Y al poco, murió de una inexplicable tristeza la repostera. Pregunté por cómo murió la novicia y dónde estaba enterrada, las hermanitas cruzaron sus miradas cabizbajas y no recordaron o no quisieron recordar nada.
Cuando nos marchamos me rezagué un poco para dejar salir primero a las monjitas y quedarme a solas con la yacente pastelera. No pude evitar la tentación de quebrarle un dedo a la momia. El hueso se partió con la fragilidad de un palito de canela; me lo llevé a la boca.Un estallido de sabor místico inundó mi boca. Aquel sabor a gloria bendita con textura hojaldrada que parecía emanada y destilada de los frutos del mismísimo Paraíso Terrenal incensó mi paladar, al tiempo que sentía como una esencia milenaria revolvía en mis entrañas muchas de mis más firmes convicciones.
 Abandoné la celda con paso furtivo, muy ufano y orgulloso de mi gesto sacrílego. Al cruzar el umbral de la celda una rendija de luz iluminó el cadáver, el nuevo juego de las sombras sobre las arrugas dibujó una expresión muy diferente en aquellos adustos rasgos. Se me erizó el vello al contemplar la beatífica sonrisa de triunfo que iluminaba aquel rostro enmarcado por la toca, una sonrisa desafiante que trataba de domeñar la vanidad de la soberbia pero que se burlaba de mis ojos desorbitados que contaban y recontaban los diez dedos que, cruzados sobre el pecho, reposaban íntegros sobre el blanco sudario.


10 comentarios:

  1. porquetevas22/7/13

    Como reposición podría ser un clásico de Todos los Santos, como el Don Juan o La Novia Cadáver.

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    1. porquetevas, hola de nuevo. Te debo una disculpa porque la otra vez que comentaste te respondí de un modo muy extraño porque te confundí con otra persona. Mil perdones.

      Es una reposición porque hay una versión anterior al principio del blog, aquella me había quedado un poco coja y esta me ha quedado cojitranca.
      Me ha alegrado mucho volver a verte por aquí.

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  2. Hacía tiempo no podía entrar y tener el placer de leerte....A pesar de los años siempre me sorprenden tus serios, alegres, verdaderos o disparatados relatos...sean como sean, tu incombustible imaginación les da el toque tan especial que conocemos como el Auténtico Sozap de nuestras quedadas....
    Un abrazo mi gran amigo....Gadea-Mon

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    1. Un abrazo, Mon. Este cuento es una recomposición de otro del curso de la maravillosa Elba. ¡¡¡Cómo echo de menos aquellas clases!!!

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  3. Anónimo24/7/13

    ... pues a pesar de lo macabro, a mi me ha entrado hambre, ... jajjaja!!! mmmm!!!! Xhrst.

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    1. Xhrst, una pregunta tonta ¿por casualidad estás en Inglaterra?
      A mi me entra hambre con todo lo que leo.

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  4. si es que a ti, lo de chupar, te va...

    Chupetaxo, digo, besazo, muaaaaaa

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  5. hala, hala... ya no sé si poner la huella y el carnet!!!

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    1. Así me gusta, Teresa, con el DNI en la boca. Chupetón pa ti también.

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  6. si es que a ti, lo de chupar, te va...

    Chupetaxo, digo, besazo, muaaaaaa

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