domingo, junio 19, 2011

BURBUJAS ESPECULATIVAS



Hace unos lustros el Ayuntamiento de mi ciudad organizó un concierto de los Rolling Stones. Mucha gente hizo cola cuando las entradas se pusieron a la venta, confiada en que podrían alcanzar un alto precio el día del concierto. Se dedicaron a acaparar tickets con el fin de enriquecerse con la reventa. Llegaron a pedir prestado dinero a sus amigos para multiplicar así sus pingües beneficios. Las entradas se agotaron en pocos días.
Como la reventa está prohibida las anunciaron en Internet con reclamos del tipo: "Vendo boli Bic y regalo entrada de los Rolling". A medida que se acercaba la fecha del concierto pocas personas se interesaron por los bolis Bic y ninguna por las entradas.
El día del concierto los desesperados reventas daban vueltas al estadio tratando de deshacerse de las entradas a mitad de precio, por la cuarta parte, por la voluntad. En un último intento de obtener algo a cambio trataron de regalárselas a alguna chica mona. Pero todos sabemos que gracias no está en el diccionario de las chicas guapas, les arrancaron de un zarpazo las entradas con sus garras de tigresa y se dirigieron a la puerta de acceso con esa carita de oler mierda que tan bien saben poner.
No fui a ese concierto porque no me gustan los Rolling (¿qué pasa?¿algún problema?) pero varios amigos míos entraron por la mitad del precio oficial. Me contaron que el concierto fue un éxito, el estadio lleno y las arcas del Ayuntamiento también. Tan sólo los aprendices de especulador se quejaron y las pasaron putas para devolver lo que les habían prestado.

Años después cambiaron al organizador de festejos. Celoso del éxito del anterior concejal (un político tan honesto como eficaz, que, cuando le ofrecieron un puesto decorativo, con un buen sueldo pero vacío de contenidos, dimitió por dignidad), el nuevo gestor organizó un concierto con un ex-Beatle. A mí me gustan los Beatles (¿qué pasa?¿algún problema?), pero los Beatles y Paul McCartney no son la misma cosa. Los especuladores estaban escarmentados de la experiencia anterior y no acudieron a las taquillas.
Una semana antes del concierto más de la mitad del aforo estaba sin vender. Las autoridades presionaron a empresas que les debían favores para que compraran entradas y evitar un fracaso absoluto. Los chicos de Banesto me dieron pases porque sus clientes no las querían ni regaladas.
Pero a los chicos de Movistar se les ocurrió una genialidad para deshacerse de su lote. Mandando un SMS de pago te regalaban una entrada. Horas antes del concierto, montaron un chiringuito para canjear los mensajes por pases. Los miles y miles que se agruparon en el único punto de canje estuvieron a punto de provocar una avalancha mortal. Al final, "INDIGNADOS", levantaron el chiringuito por los aires y Movistar perdió la cobertura, las paredes, los mostradores y la vergüenza.
Para evitar males mayores los responsables quitaron los tornos y dejaron pasar a todo Dios por la cara. Todo el mundo salió de aquel concierto jodido: los que pagaron su entrada a precio oficial porque no pudieron ocupar sus localidades, los que mandaron el SMS porque se pillaron un cabreo en la cola de canje, los que entramos gratistotal porque McCartney estaba hecho una abuela y los patrocinadores por el coste de imagen. El Ayuntamiento nunca confesó las pérdidas de aquel concierto.

¿Qué deben hacer las autoridades ante hechos como los narrados?
En el primer caso ¿Deberían haber salido en auxilio de los especuladores? Eran jóvenes, emprendedores y creadores de mercado. Habían contribuido a la rápida venta del aforo y merecían ser compensados con inyecciones de dinero público para afrontar el pago de sus deudas. Su quiebra contribuyó sin duda al fracaso del segundo concierto.

En el segundo caso ¿Deberían haber puesto orden en la cola de INDIGNADOS a hostia limpia para evitar el caos posterior?¿Deberían, por el contrario, haber subvencionado el concierto desde el principio porque es poco democrático cobrar por la cultura? ¿Deberían haber pagado a Paul con dos besos en las mejillas porque todoloquenecesitasesamorrrr?

¿O acaso la clave de todo está en los gestores? (Que, por cierto, eran del mismo partido).

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